Marcel Giró y Palmira Puig se exiliaron en Brasil tras la Guerra Civil Española y vivieron en São Paulo durante tres décadas. Ambos fueron figuras destacadas del Foto Cine Clube Bandeirante (FCCB), núcleo de la llamada Escuela Paulista, una de las manifestaciones más relevantes del modernismo fotográfico en Brasil entre 1940 y 1960, corriente que en Europa se conocía como “fotografía subjetivista”.
En esa ciudad fundaron el “Estudio Giró”, que se convirtió en uno de los principales referentes de la fotografía publicitaria del país.
Marcel Giró fue uno de los protagonistas de este movimiento, junto a fotógrafos como Geraldo de Barros, German Lorca, Thomaz Farkas, Gaspar Gasparian o Gertrudes Altschul.
Su obra se distingue por una búsqueda formal, donde predominan contrastes, geometrías y nuevas concepciones compositivas. Sin dejar de lado su interés por la arquitectura y los signos del avance industrial de São Paulo, Giró desarrolló un lenguaje visual propio, radicalmente moderno.
La obra de Palmira, aunque más breve y menos conocida que la de su marido, encarna plenamente los postulados del modernismo fotográfico con criterios más poéticos y cercanos a la figura humana. Palmira Puig —conocida en Brasil también como Palmira Giró— ingresó al FCCB en 1956, convirtiéndose en una de las pocas mujeres admitidas en el colectivo. La marginación que sufrían las mujeres en aquella época no impidieron que Puig se convirtiera en una pieza fundamental dentro del Estudio Giró y acabara desarrollando una obra contundente y muy personal