“Mi vida es una sucesión de cuartos de hora que paso en una sucesión de metros cuadrados”. Louise Bourgeois
Hay caminos estrechos que se ensanchan al girar la curva.
Hay vidas cortas y personas eternas.
Hay espacios que nos evocan otros tiempos.
Hay arrugas que nos tatúan lo mucho que hemos reído y lo mucho que hemos llorado
Y, sobre todo…
Hay gente que se cruza entre tus pasos, cosiendo y descosiendo el traje de tus emociones…
Tus pies sobre el suelo y tus alas hacia el cielo…
En los pueblos orientales, aparte de la conexión cielo bóveda, se relaciona la cúpula celeste con la tienda del nómada, como si se presintiera que el espacio tridimensional es sólo una especie de tapadera que impide la penetración en otro mundo. El hombre recarga su mochila de imágenes, sensaciones y recuerdos, a veces acumula para no dejarse nada sin poseer, a veces se desprende de todo y todos, porque aprende que el viento sopla más fuerte que sus palabras…pero , si abrimos los ojos y miramos a nuestro alrededor, nos damos cuenta de que el mundo es demasiado grande para abrocharse el cinturón de seguridad y demasiado pequeño para intentar renunciar a que nuestra mota de polvo en el Universo sea un granito de arena que en el suelo y rodeado de muchos más, construye esa playa que nos encanta pisar con nuestros pies descalzos, o ese polvo de estrellas que con un poco de magia y proyección hacia un futuro mejor, hace que nos sintamos un poco más felices entre el cielo y el suelo.
Mi proyecto quiere dar forma a muchas de esas imágenes que conviven con nosotros a años luz de nuestra realidad y tan próximas a ese girar latente del corazón del mundo y de todos los que habitamos en él.
Presento una serie de piezas de técnica mixta, infografias, pintura, dbujos , instalaciones. Todo dispuesto en el espacio expositivo como una historia que se comunica entre si… sin principio ni fin