Ante toda prosa, todo discurso, todo concepto : La hoja blanca.
Punto, trazo degradado hasta el color, el espacio. Miles de parámetros difíciles de gestionar, al equilibrio más que inestable. Por sensibilidad más que por elección un “modo operativo” se instaura. Sensibilidad cultural, afectiva, táctil : el origen es oscuro.
Más el modo operativo se estabiliza, se clarifica, se simplifica; más grande es la libertad expresiva y más grande es la posibilidad de improvisación.
El color, la materia, complementan o se oponen al trazo, a la composición. El gesto es ambi-dextro; meticuloso o desembridado; es ambiguo, doble. La mano siente y piensa. Para que pueda instaurarse un equilibrio, hay que elegir. Toda elección supone reflexión, discurso, prosa…bla,bla,bla. La lengua prueba, cata y habla; bífida. La vida, el azar de los encuentros,aquí también por afinidad, propone textos de escritores, de historiadores, hasta de científicos. Azar o necesidad estos textos hubiesen podido ser distintos, el discurso diferente. Pretextos que alimentan “el modo operativo”, gestionan la sensibilidad. Ida y vuelta donde el pensamiento y la sensibilidad luchan y se fecundan mutualmente. Pensamiento táctil y gusto por el hablar.
Discurso, pensamiento binarios pues.